Hemos creado la guía completa sobre sujetadores para que sepas todo lo que hay que saber sobre esta prenda de lencería imprescindible. Y para que te dure el mayor tiempo posible, hemos elaborado una guía de cuidado específica para sujetadores.
Cuidar bien tu sujetador es esencial para mantener tu lencería bonita y funcional con el tiempo, pero ciertos hábitos pueden deteriorarlo prematuramente. Aquí tienes nuestros consejos para adoptar buenos hábitos y disfrutar de tu sujetador favorito el mayor tiempo posible.
¿Por qué es importante cuidar tu sujetador?

Los 7 errores que debes evitar
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Lavarlos a temperaturas demasiado altas
El agua caliente puede parecer eficaz contra las bacterias… pero es enemiga de las fibras delicadas. Lavar a más de 40°C puede aflojar los elásticos, deformar las copas y debilitar las costuras. Para lavar correctamente el sujetador, opta por temperaturas suaves (máx. 30°C) o mejor aún: lavado a mano.
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Usar la secadora
La secadora está prohibida para los sujetadores. El calor rompe la elasticidad, tuerce los aros y deforma la lencería. Déjalos secar en plano y al aire libre.
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Ponérselos al revés
Abrochar el sujetador por delante y girarlo puede deformar los aros y aflojar los elásticos. Para conservarlo, primero ponte los tirantes y luego abróchalo por detrás.
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No usar bolsa de lavado
Si usas lavadora, la bolsa de lavado es imprescindible. Protege el sujetador de los roces, evita que los tirantes se enreden o que los corchetes enganchen otras prendas. También recuerda cerrarlo antes de meterlo en la bolsa.
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Guardarlos mal
Doblar o girar el sujetador puede aplastar las copas y deformar los aros. Lo ideal: apilarlos planos, copa con copa, o colgarlos.
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Secarlos al sol directo
Aunque puede parecer práctico, el sol directo puede dañar los colores y la elasticidad de los materiales.
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No revisar las instrucciones de cuidado
Cada sujetador es único. Encaje, microfibra, algodón… Los materiales reaccionan de forma diferente. Antes de lavarlo, revisa la etiqueta.

Buenas prácticas para cuidar tu sujetador
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Lávalo a mano siempre que sea posible, especialmente las piezas delicadas.
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Usa detergente suave, sin blanqueadores.
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Sécalo al aire libre, en plano o colgado, nunca en secadora.
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Guárdalo cuidadosamente sin doblarlo ni apilarlo de cualquier manera.
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Alterna los modelos para no desgastar siempre el mismo.
Guardarlo bien en casa no lo es todo. Cuando viajas, tu lencería suele sufrir los avatares del trayecto. Aprende a guardar tu lencería con cuidado en la maleta para viajar con tranquilidad.


